Por los Caminos de la historia


I. YESHÚA EL MESÍAS

Ninguna investigación estaría completa sin Yeshua, el Judío de los judíos. Mateo 1:1 mismo nos ofrece la genealogía de Yeshua que dice en hebreo: "Sefer toledot Yeshua jaMashiaj Ben Abraham, etc." que traducido quiere decir "Libro de las generaciones de Yeshua (Jesús) el Mesías, hijo de Abraham, etc.

Así pues, Yeshua es del linaje de Abraham y de David. Nacido de padres judíos (Mateo 1:16). Circuncidado al octavo día de acuerdo con la Torah, o Ley, cuyo significado es "santas instrucciones de Dios" (Lucas 2:21). Celebró la Pascua siendo aún un niño (Lucas 2: 41-43) Frecuentó la sinagoga de shabbat a shabbat (Lucas 4:16). Sus enseñanzas reflejaron un trasfondo judío. 

Discipuló a Sus seguidores a la manera de un típico maestro viajero de Judaísmo del primer siglo - sobre montes, en los campos, y en lugares remotos. También Yeshua fue sumergido en las aguas por Juan a la edad de 30 años y fue proclamado como el "cordero" de Isaías 53:7 (Juan 1:29). 

Él vino a encontrar a las "ovejas perdidas de Israel". Yeshua es nuestro Aleph y nuestro Tet, o en griego, el Alfa y el Omega. Todo comenzó con Él y todo terminará con Él también. Él es el cumplimiento de las promesas de Adonai para Su pueblo, como lo anunciaron los Neviim (los profetas).

II. LOS NAZARENOS


Los primeros creyentes en Yeshua formaron una secta judía conocida como los "Nazarenos" o en hebreo N'tzarim (Hechos 11:19; 24:5). En Hechos 24:5 vemos que se refieren a ellos como "la secta de los Nazarenos". No sólo interactuaron con gran facilidad dentro dcl judaísmo, sino que "disfrutaron del favor de todo el pueblo." (Hechos 2:47). Jerónimo, "el padre  de la Iglesia" (siglo IV) describió a estos nazarenos como aquéllos "quienes aceptan al Mesías de tal manera que no cesan de observar la Ley antigua" (Jerónimo; sobre Isaías 8:14).


Por supuesto que hubo una diferencia entre los creyentes judíos en Yeshua, tales como los nazarenos, y aquellos grupos ebionitas con enseñanzas judaizantes que estaban activos al final del primer siglo. 

La comunidad mesiánica del principio (más tarde llamada iglesia2) se caracterizaba por la multíplicidad de creencias: por un lado estaban los que creían en la justificación por la fe; y por el otro, los que le daban énfasis a las tradiciones que envolvían legalista

Aunque muchos creyentes judíos continuaron manteniendo el Shabbath y las numerosas leyes que los diferenciaban de los no-judíos (estrictamente como un código de identificación), ellos no le exigieron su cumplimiento a esos convertidos de origen gentil. 

Esta identificación como judíos no tenía nada que ver con la salvación, pero fue observada por los judíos como una recordación del Pacto eterno especial que Dios habia hecho con ellos como pueblo escogido. El Pacto le recordaba al Pueblo de Dios que ellos eran los guardianes de la Tierra Santa y que estaban obligados a mantener y preservar la Ley (Génesis 15:18, 17:7-10, Deuteronomio 7:6, Salmo 105:45, Ezequiel 16:6, Isaías 44:1 y Romanos 3:1-2).


De la Escritura podemos aprender que el pueblo judío fue escogido no para recibir un premio o un privilegio especial, sino porque se le confió la preservación de la Ley de Dios (Salmo 105:45). Aunque alrededor de 170 de las 613 Leyes de la Torah tienen que ver con asuntos morales y éticos, pocos cristianos las reconocen por lo que le ha correspondido a nuestro pueblo judío preservar este aspecto de la Ley de Dios hasta el presente.


Las posteriores actividades de Pedro también nos permiten reconocer la evidente "judaicidad" de esa primera comunidad de creyentes en Yeshua. En su segundo sermón, Pedro llamó a su audiencia en Jerusalén a "arrepentirse" (hebreo 'teshuva'). Este término significa "volverse, retomar, renunciar". Examinemos cuatro aspectos importantes acerca de Pedro:

- Pedro oraba en el Templo (Hechos 3:1)
- Hizo una defensa ante el Sanhedrín (Hechos 4:5-12)
- Protestó cuando se le pidió "matar y comer" alimentos nokosher (Hechos 10:13- 14)
- Junto con otros, enseñó diariamente en el Templo de Jerusalén (Hechos 5:42) e interactuaba con los maestros de la Ley Hebrea, tales como Gamaliel (Hechos 5:34)


Durante la primera mitad del primer siglo la comunidad de fe estuvo compuesta principalmente por tres grupos principales: 
a) Creyentes judíos hebreos, mayormente fariseos, y celosos de las costumbres de sus ancestros. 

b) Creyentes judíos helenistas que habían adoptado una forma de vida griega basada en las costumbres e ideales griegos. 

c) Los judíos que conformaban la corriente principal: éstos reflejaban el pensamiento del Concilio y presumíblemente la mayoría de la Comunidad Mesiánica de Jerusalén (Hechos 15:22). Algunas de sus voces autorizadas fueron Jacobo, Pedro y Pablo. Este último grupo estaba abierto a los gentiles y eran sensibles a los judíos.

Desde luego que estos grupos defendían sus propias ideas y no podemos decir que no tuvieran sus diferencias. Pero fueron numerosos los factores que contribuyeron a la unidad de todos ellos: 

a) Tenían en común las Escrituras: El Tanaj o Antiguo Testamento, ya fuera en hebreo o en griego. 

b) Reconocían a  Yeshua como el Mesías anunciado por los profetas. 

c) Seguían Sus enseñazas d) Coincidían en el mensaje de la muerte y resurrección de Yeshua o Jesús. 

e) Participaban en la experiencia y vida en común en el Espíritu Santo.

Su judaísmo era a toda prueba, por eso los nazarenos jamás se llamaron a sí mismos cristianos. Ellos se sentían judíos completos. Utilizaban el Tanaj como cualquier judío de la época lo hubiera hecho. No tenían ideas diferentes, pues confesaban todo lo que la Ley Proclamaba a la manera judía, y además creían en el Mesías. 


III. PERO, ENTONCES, ¿DE DONDE SALIO EL TÉRMINO “CRISTIANO”? 


En el "Diccionario de la Biblia8, aparece bajo el subtítulo La Difusión del Nombre lo siguiente: "Ya que 'cristiano' no fue originalmente una auto- designación de los seguidores de Jesús, no sorprende que raramente se le encuentre en el Nuevo Testamento." 

El Diccionario declara más adelante que las autoridades romanas le dieron a los seguidores del Mesías el nombre "cristianos" pero que la palabra misma estuvo asociada con crímenes de la peor naturaleza y vicios exageradamente horribles. 

En la sección 4 denominada -El Significado del Nombre- aparece que las autoridades romanas, quienes primero designaron a los discípulos de Jesús como cristianos, intentaron así caracterizarlos como un grupo o un partido político, mantenido unido por su lealtad a la cabeza del partido, Cristo. 

Mientras originalmente el título fue dado por simple conveniencia jurídica, desde el mismo comienzo el populacho pagano debe haberlo asociado con crímenes y vicios horribles. No se le debe hacer mucho énfasis a la etimología de Christos. Aunque literalmente significa el "Ungido", es decir el Mesías, el título perdió muy pronto su denotación original y se convirtió en un nombre personal en la iglesia greco-parlante." En realidad esta palabra Christos estuvo en vigencia mucho antes del nacimiento del Mesías.

Por su parte, la "New Encyclopedia Britannica"', declara bajo el título Cristianismo: "El concepto Cristisnismo (Christianismo), que denota lo que es la esencia," no aparece en los escritos del Nuevo Testamento. 

En el tiempo de los Padres Apostólicos (es decir, los pensadores cristianos de final del primer siglo y comienzos del segundo) el término cristiano fue usado como un paralelo al concepto "Judaísmo" (Ioudaismo) que el apóstol Pablo había utilizado en su carta a los Gálatas, capitulo 1, verso 13 para caracterizar el camino judío de fe y vida. En cuanto al término cristianismo podemos decir que fue usado por primera vez por Ignacio el Obispo de Antioquía (muerto en el año 110 E.C.), en su carta a los Magnesianos.

Entre otras muchas cosas se afirma que la palabra griega Christos es una traducción de la palabra hebrea Mashiah. Esto no es verdad. Mashiah es una palabra hebrea que significa el "Ungido de Yah".

En hebreo el iah en la palabra Mashiah es Yah, la forma corta del nombre no pronunciado por los judíos. Muchos estudiosos bíblicos cometieron un gran error al igualar la palabra griega Christos con la palabra hebrea Mashiah. 

El griego no tiene una palabra o equivalente que quiera decir Yah o el nombre no pronunciado por los judíos que a su vez significa: "Él quien creó todo lo que existe", aunque un significado más natural de esta palabra es "Él que es, fue y será, es decir, el Etemo".


Sabemos que el primer uso del término cristiano fue en Antioquía, utilizado para describir los primeros seguidores gentiles de Yeshua, alrededor del año cuarenta o cuarenta y cinco del primer siglo (Hechos 11:26). Ellos se llamaban a si mismos "hermanos" o seguidores "del Camino". 

El término "fueron llamados" sugiere que el nombre fue acuñado por personas ajenas a la comunidad de fe, tal vez para distinguir a los discípulos de Yeshua de los gentiles sin convertir, y también de otras ramas del judaísmo, Sólo se usa tres veces en el Nuevo Testamento y sólo una vez por un creyente (Hechos 11:26,26:28 y 1 Pedro 4:16).

Finalmente, la palabra cristiano no aparece consistentemente como una auto-designación hasta la Didajé. 


IV. LA COMUNIDAD MESIANICA DE JERUSALÉN 


Por supuesto que los primeros seguidores de Yeshua no abandonaron la identidad, herencia y cultura judías para "convertirse" a una religión nueva o extranjera. Para muchos el concepto de judíos creyentes en Yeshua y la práctica del judaísmo son términos contradictorios. 

El sentido común dice que por un lado usted tiene a los judíos y al judaísmo, y por el otro a los gentiles y al cristianismo. Sin embargo, en el primer siglo hubo literalmente cientos de miles de seguidores de Yeshua (Hechos 2:41, 47; 4:4; 6:7; 9:31; 2120); celosos por la Torah (Hechos 15:19-21; 21:17-27) y se reunían en las sinagogas (Santiago 1:1, 2:2). 

Los judíos se preguntaban si Yeshtia había venido también para los gentiles (Hechos 10; Hechos 15). A pesar de tener ya una respuesta, suficientemente clara a este interrogante la gente se sigue preguntando hoy cómo alguien puede ser un seguidor de Yeshua y al mismo tiempo continuar siendo judío.


Desde casi el mismo comienzo hubo una marcada rivalidad entre los miembros de origen judío y los de origen gentil. Sin duda eran dos poderes culturales que reclamaban el control del cuerpo del Mesías. Por supuesto, la comunidad de los creyentes en Yeshua fue mayoritariamente judía durante el primer jiglo, pero a medida que los gentiles fueron entrando a las comunidades de fe, sus voces se hicieron escuchar con bastante fuerza, hasta que definitivamente tomaron control de ellas.

Durante casi cuarenta años, el gobierno imperial romano identificó a la naciente comunidad con el judaísmo. Los nuevos creyentes en Yeshua venían de las filas de] judaísmo o eran prosélitos gentiles, es decir, personas que a través de meses y años habían sido preparados para afiliarse con el judaísmo.
Basta echarle una rápida mirada a los textos históricos a nuestro alcance para darnos cuenta del carácter netamente judío de la comunidad de creyentes en Yeshua. 

Los primeros quince obispos de la comunidad mesiánica de Jerusalén fueron judíos. En su Historia Eclesiástica, Eusebio nos dice que "la iglesia en Jerusalén, al principio formada por los de la circunsición, más tarde estuvo formada por cristianos gentiles, y toda la iglesia bajo ellos estaba integrada de hebreos fieles quienes continuaron desde los tiempos de los apóstoles, hasta la caída de Jarusalén."5


Ron Moseley cita en su libro6 que "Hegesippus describe en el siglo segundo la rivalidad entre un hombre llamado Thebouthis y otros, buscando la posición de obispo después de la muerte de Jacobo, de quien se dice fue el primer rabino o pastor de Jerusalén. 

De acuerdo con Hegesippus los creyentes hebreos finalmente escogieron a Simeón, un primo de Yeshua, para suceder a Jacobo. Epifanio enumera los restantes líderes judíos de la comunidad mesiánica de Jerusalén: Justo, Zaqueo, Tobías, Benjamín, Juan, Matías, Felipe, Séneca, Justo, Levi, Ephrem, José y Judas, completan el registro histórico hasta la Revuelta de Bar Kochba (132-135 E.C7.). Estos parientes judíos de Jesús quienes dirigieron la comunidad mesiánica en el principio fueron llamados Desposynoi, que quiere decir `herederos', y a menudo fueron perseguidos a causa de su linaje davídico y su relación con el Mesías".


Ya que los creyentes hebreos no fueron completamente removidos de Jerusalén hasta bien entrado el segundo siglo, durante los primeros cien años la comunidad mesiánica permaneció como parte del judaísmo, y los líderes estuvieron involucrados en muchos de los asuntos judíos. 

Se sabe que no hubo un rompimiento inmediato de la sinagoga, como evidenciaban las advertencias de que algunas sinagogas castigarían a Sus seguidores por predicar un tipo diferente de judaísmo (Mateo 10:17).

Sabemos también que a las primeras congregaciones se las llamó de manera diferente. El término Minim, “herejes” en hebreo, fue usado por algunos en la comunidad judía para describir a los nuevos creyentes. E1 Camino, usado en Hechos 21:14 y 22, es tomado de textos tales como Isalas 40:2, que se refiere a la preparación del "camino del Señor". 

Los Nazoraioi es el griego para nazarenos (Hechos 24:5) y se deriva de Nazaret, el hogar judío natal de Jesús. También por un corto tiempo y antes de que se les conociera como cristianos usaron el título de Iessaioi, probablemente derivado del nombre Jesús. Cada uno de esos nombres tiene que ver con los textos de la Tanaj.


V. ESTRUCTURA DE LA COMUNIDAD MESIÁNICA 


La estructura de las sinagogas locales pasó casi como una fotocopia a la estructura de la primera Comunidad Mesiánica. Un prcsidente, un diácono, un cantor (líder de canciones), y maestros se pueden encontrar tanto en la sinagoga como en la Comunidad Mesiánica (en griego ecclesia). 

Muchas sinagogas existieron durante el período del Segundo Templo. Hay dos referencias Talmúdicas en relación con el número de sinagogas en este período. Unos colocan el número en 480 mientras otros dicen que había 394. 

Una inclusive estuvo localizada en el precinto mismo del Templo. Un peregrino cristiano cuyo nombre no está registrado, que visitó a Jerusalén en el año 333 E.C. aseguró que de siete sinagogas sobre el Monte Sion, sólo quedaba una. Algunos estudiosos creen que la sinagoga que sobrevivió hasta el siglo cuarto fue utilizada por judíos mesiánicos quienes continuaron reuniéndose en sinagogas, y cuyas prácticas parecen haberse diferenciado muy poco de las que seguía el cuerpo principal de los seguidores de la Ley Mosaica excepto por el reconocimiento de Yeshua como el Mesías.


El líder principal de la sinagoga era el nasi o presidente. En la congregación mesiánica, a los líderes se les llamó presidente en vez de pastores hasta bien entrado el año 154 E.C. El nasi era el administrador de la sinagoga, y sabemos que Jacobo, el medio hermano de Yeshua, fue el nasi de la congregación o sinagoga mesiánica de Jerusalén. 

En la estructura de la sinagoga, tres de esos líderes se unían con el fin de formar un tribunal para juzgar casos relacionados con dinero, robo, inmoralidad, admisión de prosélitos, imposición de manos, y una gran variedad de cosas mencionadas en la sección Sanhedrin de la Mishna.

El jazan era un ministro público de la sinagoga que oraba, predicaba detrás de un púlpito de madera, y cuidaba de la supervisión general de la lectura de la Ley y otros deberes congregacionales. Él no leía la Ley, pero se paraba al lado del que la leía, para corregir y supervisar, asegurando que esto fuera hecho apropiadamente. Cada semana seleccionaba siete lectores bien versados en las Escrituras Hebreas. 

El grupo estaba integrado por un sacerdote, un levita y cinco israelitas común y corrientes (Lucas 4:16) Los términos "supervisor de la congregación, ángel de la iglesia y ministro de la sinagoga" todos se referían a esta posición. 

Angel de la Iglesia o, mejor congregación, significa mensajero de la comunidad. Los requisitos para este oficio, de acuerdo con el Shulhan Arukh - OH 53:4-9, eran: humildad; aceptación por parte de la comunidad; conocimiento de las reglas de oración y la correcta pronunciación del texto hebreo; una voz agradable; vestir apropiadamente; tener barba.


Los almoners o parnasin eran tres hombres que atendían a los pobres y distribuían limosnas, y se esperaba que ellos fueran estudiosos de las Escrituras. Ya que también eran conocidos como gabbay tzedikah, puede ser que de esta función se derivara el término moderno de diácono. 

Algunos sostienen que de esos siete, el presidente, el gobernador, el supervisor, el jazan, y los tres parnas es de donde proviene la idea de seleccionar "siete hombres de buena conducta, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría" (Hechos 6:3) Estos hombres eran nombrados para atender los asuntos de negocios de la comunidad y así permitirles a los apóstoles que se dedicaran a sus estudios de las Escrituras y a la oración.

El shaliach, o el mensajero. De esta posición proviene el término apóstol, que quiere decir uno que es enviado a anunciar el evangelio, un papel equivalente al de nuestros modernos misioneros. Ellos eran también los maggid, un evangelista o rabino itinerante del primer siglo quien hablaba a varias congregaciones, y el batlanim, un maestro erudito que era pudiente o con algún tipo de apoyo de tal manera que pudiera estar disponible para proveerle a la congregación con respuestas académicas precisas.

Después estaba el zaken, una palabra que significa "viejo", pero más en el sentido de madurez, que de edad. Esta persona proveía consejería al pueblo y era el equivalente de lo que hoy llamamos pastor o anciano.

El meturganim era el intérprete, una persona experta en idiomas que se paraba al lado del que leía la Ley o enseñaba en un Bet Midrash (casa de estudio) para interpretar en el idioma de ese día el Hebreo que había sido hablado. 


VI. CREENCIAS DE LOS JUDÍOS MESIÁNICOS 


Antes del año 66 E.C. los judíos creyentes y los judíos no creyentes de Jerusalén vivían en relativa paz. Desde el principio la comunidad de creyentes en Yeshua se centró en Jerusalén, y estuvo compuesta únicamente por judíos de nacimiento o judíos por conversión, y aparentemente no hubo miembros gentiles durante los primeros diez años. 

El movimiento comenzó como un movimiento judío de las clase bajas. Además, ellos estuvieron lejos de entrar en conflicto con la religión de la sinagoga. El judío creyente en Yeshua difería del judío no creyente sólo en la identificación de Yeshua de Nazaret como el Mesías. Ambos creían en el Mesías; para los creyentes ya había aparecido; para los no-creyentes todavía no. Fue así como los creyentes en Yeshua participaban en la adoración judía regular, observando las horas de oración y ofreciendo los sacrificios de costumbre.

Cuando la joven comunidad de creyentes comenzó a atraer a los gentiles, y se establecieron las iglesias cristianas gentiles, se levantaron nuevos problemas para los creyentes judíos en Yeshua. 

Algunos sostenían que un gentil no podía formar parte de la comunidad a menos que se convirtiera en un prosélito, sometiéndose al rito nacional; otros como Pedro y Santiago tenían una opinión contraria.
Josefo se refirió a la simpatía que los judíos de Jerusalén le tenían al líder de la joven congregación de creyentes en esa ciudad. Fue en el año 62 E.C. que los líderes de la ciudad de Jerusalén protestaron abiertamente el apedreamiento de Santiago propiciado por el Sumo Sacerdote Ananus (Josefo, Antigiedades, 20 y 200-203).

El filósofo pagano Celso, en su vehemente ataque contra el cristianismo registrado en su Palabra Verdadera, ridiculiza los esfuerzos para  exagerar las diferencias entre judíos y cristianos. 

Cuando Celso publicó su polémica ya había pasado un siglo desde el comienzo del movimiento de los seguidores de Yeshua. Él insistía que "cuando judíos y cristianos descendían a los fundamentos, sus desacuerdos no eran muchos". (Orígenes, Against Celsus, III, I, A.N.F.IV, 456.)


El judaísmo fue tolerante con las variaciones teológicas. Observar parcialmente el culto era suficiente. La fidelidad no se cuestionaba si se cumplía con los fundamentos. Los fariseos estaban en desacuerdo con los saduceos. Los escribas y sacerdotes entraban en colisión ocasionalmente. Los apocalípticos y los legalistas se reunían en la misma sinagoga. Hillel y Shammai y sus respectivas escuelas debatían frecuentemente.

El judío contemporáneo más ortodoxo podía haber aceptado muchas de las enseñanzas de Yeshua. Un estudio serio del Brit Jadashah -El Nuevo Testamento- nos ayuda a descubrir que Yeshua resumió la religión en una combinación de dos pasajes citados en la Torah: Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18, es decir, en el amor a Adonai y del ser humano.

El evangelio de Yeshua asumió que Adonai está interesado en el ser humano y lo cuida, que la personalidad humana tiene valores infinitos, que debemos ser reverentes hacia la vida en general, que los seres humanos son hermanos, que la vida es interdependiente y que la meta de la vida es el establecimiento de una comunidad cooperativa para vivir juntos en paz bajo el gobierno de Adonai.

Como está registrado en Hechos 21:30, durante la ausencia de Pablo de Jerusalén, miles de judíos aceptaron a Yeshua como el Mesías. A pesar de esto, continuaron guardando la Ley. 


VII. JUDÍOS MESIÁNICOS EN LA DIÁSPORA Y EN ISRAEL 


Un repaso cuidadoso de Las Escrituras nos permite diferenciar entre dos clases de judíos por razones de cultura:
Por una parte estaban los hebreos o judíos que hablaban hebreo o arameo, nativos de Palestina, que mantenían un firme compromiso con su fe judía y sus costumbres ancestrales.

Por el otro estaban los helenistas o "judíos griegos"- judíos en materia de fe, pero que habían adoptado el idioma y las costumbres griegas. 


Recordemos la noción de las Diez Tribus Dispersas de Israel.


Así pues, el martirio de Esteban (judío helenista) desató una gran persecución en contra de la comunidad mesiánica de Jerusalén. Los apóstoles permanecieron en Jerusalén, pero el resto de los creyentes fueron esparcidos por toda Judea y Samaria. 

La persecución y dispersión fue dirigida principalmente hacía los helenistas de la comunidad mesiánica de Jerusalén. Desde este momento hasta el final de la segunda revuelta judía en el 135 E.C., la comunidad mesiánica de Jerusalén parece haber estado compuesta casi exclusivamente por Hebreos.

Basta examinar la vida de algunos de los líderes de esa comunidad mesiánica. 


Felipe fue el primer judío en llevar el evangelio fuera de Jerusalén. Más tarde la comunidad mesiánica de Jerusalén envió otros dos hebreos -Pedro y Juan- a ministrarle a los samaritanos (Hechos 8 : 12:14)

La experiencia de cambio de vida de Pablo seria descrita con más precisión si la definimos como un “llamado" más que como una "conversión", pues él nunca dejó el judaísmo. Por el contrario, él entendió su relación con el Mesías como el florecimiento completo de su fe judía

Pablo estaba bien equipado para ser el apóstol de los gentiles: El había conocido muy bien el legado de su pueblo a través de las enseñanzas a los pies de, Gamaliel, el presidente o nasi del Sanedrín; su ciudadanía romana y su educación en un puerto marítimo mediterráneo lo pusieron en contacto con el mundo romano. Además, tuvo un conocimiento íntimo de la "Septuaginta", y pudo hablar griego, el idioma común de la época.

Cornelio era un "temeroso de Dios", un gentil que seguía ciertas prácticas Judías pero que no se circuncidó como era requerido para todos los prosélitos. Corno muchos gentiles en la actualidad, hombres y mujeres sensibles y abiertos a aprender de los judíos, los temerosos de Dios se convirtieron en el puente natural por excelencia entre los griegos y los hebreos. Fueron ellos las semillas de muchas de las iglesias que Pablo visitó en sus viajes (Hechos 13:16,43; 16:14; 17:4). 


VIII. RELACIONES ENTRE LOS CREYENTES GENTILFS Y LOS CREYENTES JUDÍOS: EL CONCILIO DE JERUSALÉN (HECHOS 15) 


Es en el capítulo 15 del Libro de los Hechos que confluyen todos los dramas de la naciente comunidad de fe. Fue allí donde se selló el destino de los gentiles. Jerusalén se convirtió así en la puerta abierta para que éstos pudieran entrar a la casa de Israel:

a. Se debatió la necesidad de la circuncisión y la adhesión a la Ley de Moisés corno requisito para la salvación.


b. Pablo y Bernabé fueron enviados a Jerusalén para discutir el asunto con Jacobo, el hermano de Yeshua, y vocero del Concilio. Este tuvo lugar en el 49 E.C.

c. Los judíos del grupo fariseo o de la circuncisión que creían en Yeshua presentaron el asunto para discusión. Su posición: los no-judíos tenían que entrar a la iglesia de la misma manera que los gentiles prosélitos entraban al judaísmo.

d. La respuesta de Pedro: Él había sido testigo de la presencia del Espíritu Santo en casa de Cornelio y su familia, seguido del Míkvah o bautismo por agua, bastante parecido al de los creyentes judíos en Shavuot. 

Aparentemente (aunque el texto guarda silencio en esto punto) Pedro no insistió en que la circuncisión hubiera sido un elemento esencial en la salvación del gentil Cornelio. 

Su conclusión: los gentiles estaban exentos de toda observancia ritual y podían permanecer libres de la ley judía. Pero como requisito mínimo se les exigía mantener las leyes básicas esperadas 


por el judaísmo para todos los gentiles quienes habían abandonado el paganismo.
Al final el concilio decidió lo siguiente:

a. El rito de la circuncisión no era para los no-judíos.


b. El concilio enfatiza en el principio de la gracia de Dios.


c. El concilio les pide que apoyen el compañerismo judío-gentil en la ecclesia y que honren la conciencia de sus hermanos judíos a través de cuatro áreas: 

1) evitando los ídolos, 
2) evitando comer sangre o carne cuya sangre no hubiera sido drenada de una manera kosher`, 
3) evitando comer la carne de animales estrangulados, 4) evitando la fornicación. 


Si se pudiera resumir en pocas palabras las conclusiones principales de este Concilio inevitablemente llegaríamos a dos puntos principales: 

1) El Concilio de Jerusalén no anuló o canceló la Ley; clarificó "la fe sola" como el único requisito esencial para la salvación de los creyentes no judíos. 

2) El asunto no era si Yeshua era o no el Mesías, sino la relación de los creyentes no-judíos con la cultura judía (Hechos 22:21-22).

En la séptima década del primer siglo cristiano la situación se volvió muy difícil en Judea.


Aún después del año 70 E.C. el judío creyente en Yeshua y el judío no creyente vivieron en un compañerismo bastante estrecho, aunque debernos reconocer que algunos miembros de la sociedad israelita fueron muy hostiles los unos contra los otros.

El conflicto estalló dentro de las sinagogas debido al mesianismo de Jesús. En el mundo antiguo tales conflictos eran apasionados y públicos. Por ejemplo, para controlar este alboroto, el emperador Claudio expulsó a todos los judíos (esto es, judíos creyentes y judíos no creyentes) de Roma  en el año 49. Es en este contexto que acontece Hechos 18:1-2.


Claudio también prohibió las sinagogas -éstas eran vistas como fuente de rivalidad entre las diferentes facciones dentro de 1a comunidad judía. De esta manera, los seguidores gentiles de Yeshua se quedaron sin un lugar donde reunirse. Fueron forzados a crear nuevos estilos de vida comunitaria para eludir la prohibición en contra de la sinagoga. "Los cristianos sólo pudieron reunirse en Roma si ellos, como grupo, rompían lazos con la sinagoga." (Wieffel, "Jewish Community in Rome", pág. 111)

Más tarde, cuando los seguidores judíos de Yeshua retornaron a Roma, encontraron dos realidades. Primero, hallaron una nueva forma de organización, la iglesia casa (Rom. 16:5), diferente en estructura y espíritu de la sinagoga. Segundo, se encontraron a sí mismos como "sólo una minoría en una congregación que previamente habían formado ellos". (Wiffel, "Jewish Community in Rome", pág. 111)

Tales fueron los conflictos y presiones del primer siglo que un movimiento de reforma que comenzó como uno entre varios dentro del judaísmo muy pronto se convirtió, a pesar de la resistencia de Pablo, en una religión gentil con una bien desarrollada teología anti -judía. A finales del primer siglo, el rompimiento entre iglesia y sinagoga estaba completo.


Años más tarde, las disputas entre la iglesia ya gentilizada y la sinagoga tuvieron sus raíces en estas realidades:

1.El judaísmo continuó ejerciendo una atracción fuerte sobre el pueblo cristiano gentil que fue arrastrado a observar costumbres judías tales como el shabbat. Los líderes cristianos aparentemente sintieron que esta atracción estaba minando el cristianismo.


2. La predicación judía hacia los paganos continuó siendo efectiva; muchos  fueron los "temerosos de Dios" que se movilizaron a las sinagogas. El judaísmo y el cristianismo compitieron por la lealtad de los paganos. Aunque algunos se convirtieron al cristianismo, las prácticas judías continuaban siendo atractivas.


Muy pronto los "padres de la iglesia" comenzaron a desarrollar una teología anti-judía. El judaísmo fue visto como un modelo árido, obsoleto y pasado de moda que se resistía a lo nuevo. Un pueblo y un sistema religioso que desafiaron su propia elección (entiéndase que no se convirtieron al cristianismo), repudiaron a Dios y fueron desechados por Dios. De esta manera, según esta nueva teología de origen gentil, los judíos cometieron una serie de crímenes que finalmente terminaron en lo que se conocería como el "deicidio", es decir el asesinato de Dios.

Por el contrario, el cristianismo comenzó a ser visto como innovativo, católico (universal) más que particular, espiritual más que carnal, obediente más que desafiante. Este nuevo pueblo había heredado todas las promesas dadas a los profetas, mientras que las denuncias, acusaciones y maldiciones habían sido la herencia de los judíos. Curiosa manera de ver las cosas.

Según la opinión de los líderes de la nueva iglesia, la ética, la adoración, y la interpretación bíblica cristiana eran "espiritual" y superior a la de los judíos. Relacionado con este modelo está la teología adversus Judaeos (en contra de los judíos) que tiene dos argumentos: 
1) rechazo/ elección y 
2) inferioridad/cumplimiento. 

De acuerdo con lo primero, los judíos son rechazados y los gentiles son elegidos. Nosotros, los judíos, hemos sido desplazados en la economía de la bíblicas. La exégesis judía de la Biblia es "ciega». Sólo los cristianos pueden interpretar correctamente el "Antiguo Testamento", y su significado se vuelca enteramente sobre el "Nuevo" Testamento. Así, las formas judías de interpretar s u s propias escrituras soninválidas.


Alguien inventó la teología del adversus Judaeos como un argumento pan apoyar el reclamo de que el cristianismo ha reemplazado al j u d a í s m o . La iglesia obediente espiritual y católica ha reemplazado al judaísmo insubordinado, carnal y particularista. El nuevo pueblo a puesto a un lado al pueblo viejo. Los judíos son desalojados de participar en el pacto; los cristianos los reemplazaron.
Por supuesto que esta posición teológica cristiana tuvo algunos efectos inmediatos sobre el judaísmo:


1. Se omitió la lectura del decálogo en los servicios diarios (Ber. 12a).
2. Se ordenó recitar Núm. 15, del 37 al 41, mañana tarde (Ber.12b)
3. Se prohibió el uso de la Septuaginta. (Una de las razones por las cuales los 
rabinos prohibieron el idioma griego y la Septuaginta es que ésta contenía no sólo malas traducciones sino también un número de textos espúreos. Otra razón es que proveyó a los cristianos con argumentos crístológicos específicos, y a muchas sectas gnósticas con un campo vasto para la especulación.)

Finalmente, no sobra repetir lo que ya es claro. Si algo contribuyó a la expansión del nuevo mensaje de salvación, fue el uso de la bima judía. Desde el púlpito de las sinagogas Pablo pudo atraer no sólo la atención de los judíos de la diáspora, sino el corazón de miles de gentiles que vieron así una puerta abierta para entrar a la Casa de Israel. 


IX. LAS GUERRAS JUDIAS... EL PRINCIPIO DEL FIN 


De acuerdo con los estudiosos la caída de la casa de Israel tuvo su origen en las profundas divisiones de la sociedad israelita: Divisiones religiosas,  culturales, económicas, políticas y sociales. Sabemos que hermanos lucharon contra hermanos, padres contra hijos, amigos contra amigos, sacerdotes contra sacerdotes. 
Los judíos persiguieron a los judíos por muchas causas: el odio a Roma, el odio contra la cultura griega y también el odio contra una nueva "herejía" en el seno del judaísmo-el Mesianismo de Yeshua.


La persecución propagada por judíos en contra de los judíos mesiánicos se debió a que el mesianismo fue percibido más y más como una amenaza en contra del establecimiento judío. Esto llevó a actos de violencia, arrestos, prisión y aún martirio.

Las revueltas
La vida en Judea y en sus territorios adyacentes se hizo casi imposible. El emperador romano tenía casi pleno control sobre los asuntos civiles y militares de la sociedad, y cada día aparecían nuevos impuestos que debían ser recolectados cuanto antes. 

Por otro lado, la idolatría y las prácticas paganas habían contaminado el corazón de un sector importante de la población judía. Algo inadmisible para los celosos guardianes de la fe judía. Las semillas de un levantamiento sangriento estaban listas para germinar. Sólo era cuestión de tiempo esperar la chispa que encendiera la hoguera.

La Primera Revuelta Judía (66-73 E.C.)
Los zelotes habían ganado influencia para el tiempo de la muerte de Pablo (64 E.C.). El sacerdote Eleazar, Capitán del Templo, dejó de ofrecer el sacrificio diario por la salud del emperador. La guerra se volvió una realidad. Centrada en Jerusalén y Judea ésta se extendió a Idumea al sur, Perea al este y Galilea por el norte. Vespasiano comenzó la conquista romana por el norte y encontró oposición a la manera de una revuelta judía liderada por Josefo. 

Después de tres años de conflicto, Vespasiano fue llamado a Roma y su hijo Tito se hizo cargo de los asuntos. Tito no perdió tiempo: Jerusalén fue capturada después de varios meses de intensa lucha. El templo fue destruido el 9 de Av. 

Miles de judíos fueron muertos a espada, de hambre o fueron hechos esclavos. Roma continuó sus operaciones de limpieza durante tres años después de la caída de Jerusalén. Varios focos de resistencia judía permanecían, y Masada fue la última en ser tomada. 

Masada era una fortaleza natural localizada alto sobre el Mar Muerto que había sido convertida en un palacio por Herodes el Grande décadas antes. En el interior, 967 zelotes judíos esperaban el momento final. 

El general Silva de la Décima Legión romana atacó la fortaleza, y finalmente la tomó construyendo una inmensa rampa por el lado oeste. Cuando los soldados romanos irrumpieron en la fortaleza sólo encontraron los cuerpos de judíos muertos, como resultado de un suicidio en masa.


La captura de Masada en abril del 73 E.C. marcó el final de la primera revuelta. Justo antes de la caída de Jerusalén la comunidad judía de creyentes en Yeshua huyó al este hacia Pella, en Perea (60 millas al noreste de Jerusalén). 

Ellos habían recordado las palabras de Su Mesías (Lucas 21.20-2 l). La huida a Pella marca una importante coyuntura en el gradual rompimiento entre la sinagoga y la Comunidad Nazarena. La negativa de los creyentes judíos en ese momento de apoyar el movimiento nacionalista en contra de Roma hizo poco para captar las simpatías de la población judía. 

Frente a esta crisis nacional, tal alejamiento y falta de patriotismo marcó a los creyentes judíos con un estigma de deslealtad y traición. Aunque Eusebio registra que algunos creyentes mesiánicos judíos retornaron a Jerusalén después de la primera revuelta judía, la Primera Revuelta Judía marcó un punto de retorno en la historia del judaísmo. El rompimiento no estaría totalmente finalizada basta bien entrada el siglo segundo, pero el año 70 E.C. Marcó básicamente el fin de los zelotes, los saduceos y los esenios. Sólo los fariseos los nazarenos permanecieron como partidos de gran importancia.


Después de la destrucción del Templo, una gran parte del judaísmo desapareció con éste, pues si no había Templo, tampoco podía haber sacrificios. En adelante, el papel de 1os fariseos sería reconstruir el judaísmo. Los rituales del Templo fueron cambiados al hogar. Mucha de esta restructuración tuvo lugar en la academia de Yavneh, al oeste de Jerusalén. 

El Sanhedrín había sido trasladado a ese lugar. El pionero de esta reconstrucción fue el rabino Yojanan ben Zakkai. Allí el judaísmo fue reformulado sobre nuevas bases espirituales en lugar de territoriales. Su agenda: preservar la tradición y al m i s m o tiempo intensificar la unidad entre las dos mayores escuelas de pensamiento (Shammai y Hilel) y lograr una más grande unificación en !a interpretación de la Ley. También motivar a los judíos sobre la necesidad de codificar la Ley Oral (aunque esto no se llevaría a cabo hasta un siglo más tarde cuando el rabino Judah el Príncipe recopilaría la Mishna). 

Los sabios tuvieron que retrabajar el ritual del templo para estandarizar el orden y la liturgia del servicio en la sinagoga. Se puso en duda la canonicidad de algunos libros del Antiguo Testamento. Se llevó a cabo un trabajo considerable hacia la finalización del texto oficial de la Biblia Hebrea-La Masora- La importancia de Yavneh no puede ser sobreestimada. 

La aparición del judaísmo rabínico puede ser trazada hacia Yavneh. Yavneh puso en movimiento a una sucesión de sabios o rabinos a través de la ordenación. "Rabino" se volvió más un título que un término informal de honor acordado a un maestro erudito. Y mientras tanto los judíos mesiánicos y los judíos tradicionales continuaron intercambiando amargas acusaciones. 

Con todo, la joven comunidad mesiánica crecía más rápido que la sinagoga, y el gran número de gentiles en la floreciente iglesia sólo sirvió para socavar aún más la posición de los judíos mesiánicos en las mentes de los rabinos tradicionales. Después de la muerte de los apóstoles, la siguiente generación de líderes fue mayormente gentil. Para el comienzo del segundo siglo, la Ecclesia -especialmente en la Diáspora- fue predominantemente gentil.


La comunidad de creyentes inicialmente había observado el shabbat, pero más tarde cambió la adoración al domingo, el día de la resurrección del Señor. Domingo también era un día santo ligado a la adoración del sol. Ignacio, obispo de Antioquía, indica que este cambio había comenzado alrededor del 115 E.C. 

Él le escribió a los Magnesianos, diciéndoles que "ya no vivieran para el shabbat sino para el día del Señor, el día en el cual nuestra vida se había levantado." Esto abrió otra área de oposición entre la Iglesia y la Sinagoga. 

Este cambio de la adoración al domingo hizo excesivamente difícil para el judío, por no decir imposible, que considerara seriamente el mensaje mesiánico, o aún que entrara en diálogo sin sospecha. 

El judío vio ese cambio como una llamada a abandonar la Ley y abrazar un "nuevo pacto" que reemplazaba al "viejo pacto" ahora declarado inefectivo y anticuado. 

Los escritores del Nuevo Testamento no nos ofrecen una explicación clara para el cambio del séptimo al primer día de la semana. Sin embargo, docenas de años antes, en Mateo 24:20 Yeshua había dicho: "orar para que vuestra fuga no sea ni en el invierno ni en el Shabbat". 

Sea cual fuere la razón que eventualmente llevó a la adoración dominical, lo importante que debemos recordar es que la Comunidad de Creyentes, ahora con una gran influencia de líderes gentiles buscó distinguirse a sí misma de judaísmo y sus leyes especiales de shabbat.


La Segunda Revuelta Judía (132-135 F.C.)
Para todos los propósitos este fue el último toque que separó a las dos comunidades. Aunque todavía se debate la causa principal, es probable que la prohibición romana en contra de la circuncisión y otros actos de forzosa helenización jugaron un papel principal. 

Simon Bar Kokhba ("hijo de una estrella) dirigió la revuelta. Cuando ésta estalló, los creyentes judíos se unieron a la revuelta con sus hermanos rabínicos. Sin embargo, Rabí Akiva cometió el triste error de respaldar a Bar Kokhba y declararlo como el mesías judío. 

Akiva se basó en el libro de Números, capítulo 24:17. Los judíos ti través de 1a tierra le siguieron en una lucha valiente por la libertad. Del 132 al 135 E.C. cientos de pueblos Judíos se unieron en tan amarga batalla. Los romanos llamaron a Julius Severus para que fuera y aplastara la resistencia. 

Más de medio millón de judíos perecieron y casi todos los pueblos judíos quedaron en ruinas. El emperador Adriano (117-138 E.C.) ordenó destruir a Jerusalén por completo: cada muro fue derribado y la ciudad aplastada. 

Sobre las cenizas construyó una nueva ciudad a la que llamó Aelia Capitolina en honor de si mismo. Además edificó un templo a Júpiter en el lugar donde había estado el Templo judío. 


Comenzó a poblar la antigua ciudad santa con paganos greco-parlantes. Y durante cien años le prohibió a los judíos que se acercaran a la ciudad bajo pena de muerte.

Los judíos creyentes en Yeshua rehusaron pelear y esto los alienó aún más de la comunidad judía. El reclamo mesiánico de Bar Kokhba también metió una cuña entre los dos grupos. 

Los judíos mesiánicos no tenían sino un sólo Mesías, y la lealtad no podía ser compartida entre Yeshua y Simón. Como resultado de la derrota y de los desastres que la acompañaron, el proselitismo judío fue severamente neutralizado mientras los misioneros cristianos florecieron. Hasta este punto, la presión por la separación de las dos comunidades vino del lado judío. 

Pero aquellos judíos que creían en Yeshua buscaron permanecer dentro de la sinagoga, o al menos, bajo la sombrilla protectora del judaísmo. Ellos todavía guardaban la esperanza de que sus iguales judíos creerían en el Mesianismo y resurrección de Yeshua como ellos habían creído. 

Pero la Segunda Revuelta Judía forzó a los judíos mesiánicos a separarse de aquéllos asociados con la causa de Bar Kokhba.

X. LA SEPARACIÓN ENTRE LOS JUDÍOS RABINICOS Y LOS JUDÍOS MESIANICOS 


De acuerdo con los historiadores, dos factores principales jugaron un papel importante en la separación de la Comunidad Mesiánica y la sinagoga: por supuesto que eran diferencias teológicas. La primera tuvo que ver con la pregunta, ¿Era Yeshua hombre o Dios? Y la segunda, ¿era Yeshua el Mesías y Dios, como lo aseguraba los escritos del Brit Jadasha o Nuevo Testamento?


La perspectiva de los judíos creyentes en relación con Yeshua fue siempre bien clara: en primer lugar siempre lo vieron a Él como Dios y como Hombre. Los milagros testificaban de Su Divinidad. Para ellos Él era el cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento.

La comunidad mesiánica primitiva también creyó en la resurrección de Yeshua. Y la creencia en esta enseñanza convirtió lo que parecía ser un movimiento sectario, enfermizo y temporal en una llama inextinguible de esperanza. 


XI. LA PARTIDA DEL CAMINO 


Parece haber sido consumada alrededor de la mitad del siglo segundo. Para la época de Justino Mártir (160 E.C.) la Iglesia, ya en el proceso de gentilización, había adoptado una nueva actitud: ahora ella se había apropiado del título "Israel". 

Hasta esta fecha la Iglesia se había definido a sí misma más en términos de continuidad con el pueblo judío. Es decir, como una extensión de Israel. Sin embargo, hubo una clara conciencia de que la Sinagoga era firme en su posición de que Yeshua no era el Mesías de Israel, y sobre esto la Sinagoga no iba a cambiar de pensamiento. 


Hasta este punto, no sólo los judíos mesiánicos se habían considerado parte del cuerpo nacional de Israel, sino también los creyentes gentiles. Ellos se vieron a sí mismos "injertados en Israel", corno parte de un remanente de creyentes dentro de Israel, no aquéllos que habían usurpado el lugar de  Israel, no como un pueblo separado independiente de Israel. 

Por consiguiente, mientras la comunidad mesiánica tuvo un balance razonable de judíos y gentiles en el mismo cuerpo, no existió la tendencia de apropiarse del término "Israel". Pero para el tiempo de Justino Mártir ese balance se había perdido. 

Ya no era sólo la Comunidad Mesiánica que reunía a los creyentes, judíos y gentiles, alrededor del amor de Yeshua, sino la Iglesia, un principio de organización arrogante y triunfalista, grandemente gentil en composición, que buscaba desjudaizarse, es decir, separarse de sus raíces judías. Esta de judaización se desarrolló en una historia de anti judaísmo, una tragedia que se ha extendido desde el siglo segundo hasta nuestros tiempos.


XII. CONSTANTINO, AÑO 325 E.C. 


Hacia el siglo cuarto los obispos líderes en la iglesia, llegados a Adonai sólo a través de los judíos, la Biblia judía y el Jesús judío, fomentaron el desprecio por el judío y por el entendimiento judío de Dios. Los obispos y teólogos proclamaron con impunidad que los judíos adoraban al diablo y sus sinagogas eran burdeles y guaridas de ladrones. 

Tanto la iglesia como el estado cristiano de Constantino promulgaron nuevas leyes para separar al gentil del judío, especialmente a los gentiles temerosos del Dios de los judíos. Y para crear separación física y espiritual de los cristianos con los judíos. 

A los cristianos no se les permitió leer más la Biblia con los judíos, visitar sus hogares, comer con ellos; en adelante, ningún gentil podía casarse con un judío. Los judíos no podían recibir ningún honor ni ejercer ningún empleo público; ninguna sinagoga podía ser construida. 

Trágicamente fueron estas tradiciones antisemitas las que probaron ser predominantes dentro de la Historia cristiana, torciendo la teología cristiana, y trayendo intenso sufrimiento sobre el pueblo judío. Ya el anti judaísmo no fue sólo patrimonio de los paganos que odiaban tanto a Dios como a los judíos, sino de los cristianos que odiaban a los judíos. 

Una razón para este intenso y temprano odio cristiano hacia los judíos y el judaísmo se debió a que la llegada del cristianismo pareció haber renovado dentro del judaísmo su propio sentido de misión hacia los gentiles. 

En el primer siglo de nuestra era los judíos no sólo le dieron la bienvenida a los simpatizantes gentiles sino que realmente les animaron y al menos desde el siglo segundo hacia adelante emprendieron la misión de ganar convertidos entre los gentiles para que adoraran Dios8

En este nuevo sentido de misión, el Dr. Martín Goodman cree que ellos fueron influenciados por el éxito cristiano en la conversión de los gentiles. Yeshua mismo dijo que los fariseos viajaban por tierra y mar para hacer una sola conversión. De esta manera el judaísmo se convirtió en un temprano y activo rival del cristianismo para atraer a los gentiles hacia Dios. 

Sin embargo, en lugar de verlo como un posible papel complementario, la iglesia vio al judaísmo como un enemigo a muerte y pasó leyes severas para destruir la misión judía entre los gentiles. Cualquier convertido al judaísmo podía ser ejecutado. 

Además se impuso la pena de muerte sobre cualquier judío que fuera encontrado predicando o proselitizando la Palabra de Dios a los gentiles. Esto ayuda a explicar la fiera oposición de los padres de la iglesia a todo lo que fomentara el amor hacia los judíos. 

Ellos temían cualquier contacto entre cristianos y judíos como iguales, especialmente el contacto entre observantes judíos y fieles cristianos. El crecimiento anti judío dentro de la iglesia tuvo raíces políticas y teológicas, pero la antipatía de continuar las relaciones cálidas entre judíos y cristianos nació en parte del temor de la judaización de los gentiles cristianos, un temor que ha perdurado hasta los tiempos modernos.


Cuando el cristianismo bajo Constantino y sus sucesores se convirtió en la religión del imperio romano, el estatus del judaísmo disminuyó. Aunque el judaísmo era todavía una religión legal con sus cultos bajo protección de la ley imperial, los concilios de la Iglesia9 procedieron aun a separación social entre judíos y cristianas.

Deseo hacer un paréntesis en este punto. En este Concilio de Nicea el término cristiano ya había dejado de tener su sentido inicial: el de un creyente en Yeshua de origen gentil, tal como se les había llamado en Antioquía. 

Ahora cristiano había pasado a ser el apelativo de un miembro perteneciente a una gigantesca organización religiosa llamada Iglesia, dueña de los destinos espirituales de sus seguidores. En esta organización ya no había judíos ni gentiles. 

Sólo convertidos, todos ellos obedientes a una teología y a una jerarquía con poder para premiar o castigar, con potestad para decidir el destino de los seres humanos en la eternidad. 

Esta Iglesia se apoderó de todos los títulos dados por Adonai a Su pueblo. El tiempo se encargaría de borrar las huellas de las comunidades mesiánicas de Jerusalén y de la diáspora. 

También se encargaría de afirmar que en adelante sólo existirían judíos (los asesinos de Cristo), paganos (todos los que no fueran cristianos) y cristianos. Los dos primeros tenían que ser convertidos. Y hacia allá se dirigieron todos los esfuerzos de esta Iglesia Universal (Católica).  


Con esta aclaración ahora podemos reconocer a qué nos referimos cuando mencionamos la palabra cristiano.

Para completar se expidieron decretos en los códigos de Teodosio y Justiniano que redujeron gradualmente a los judíos a ser ciudadanos de segunda categoría. Justiniano los privó de todos los honores nacionales y cuestionó la validez de su testimonio en la corte. 

En el año 305, el cristianismo español prohibió los matrimonios entre judíos y cristianos bajo pena de cinco años de excomunión. 

El que un cristiano y un judío comieran juntos podía significarle al cristiano que se le excluyera de su participación en la eucaristía En el año 315, Constantino prohibió la conversión al judaísmo. En el 339 el matrimonio de un judío con un cristiano se convirtió en ofensa capital para el judío. 

Después del año 357, la aceptación del judaísmo fue castigada con la confiscación de la propiedad. En el año 404, los judíos fueron excluidos del servicio militar y de la oficina pública y en el año 439 la propaganda judía se penalizó con la muerte.


Cada índice de los escritos de los Padres de la Iglesia contienen una asombrosa cantidad de referencias de acusaciones en contra de los judíos. La Epístola de Barnabás estuvo entre los primeros tratados en contra de los judíos. 

Los padres de la Iglesia tales como Justino Mártir, Tertuliano, Orígenes, Cipriano, Eusebío de Cesarea, Cirilo de Alejandría y Agustín participaron en el debate con el judaísmo. Algunos de esos escritos intentan la conversión de los judíos al cristianismo apelando a la profecía; otros buscan responder las objeciones judías a las hipótesis cristianas; otros denuncian a los judíos por su rechazo de Dios.


Cuando el judaísmo rehusó la conversión al cristianismo y se atrevió a criticar la interpretación cristiana del Antiguo Testamento y los elementos aparentemente contradictorios en los evangelios, algunos cristianos maldijeron e injuriaron a los judíos.

Los judíos fueron acusados de enviar personas por todo el mundo para esparcir las calumnias sobre el cristianismo y de burlarse de Jesús en sus sinagogas. 


XIII. DECLARACIONES ANTISEMITAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA 


Los siguientes ejemplos de las declaraciones de los Padres de la Iglesia dan suficiente campo para que años más tarde esa misma iglesia haya dado aprobación a las persecuciones y matanzas del pueblo de Dios durante más de 1700 años, en los pogroms, la Inquisición y finalmente el Holocausto de Hitler.

Justino Mártir (100 E.C. - 165 E.C.) declaró afirmativamente que el Pacto que Dios hizo con los judíos ya no era válido, porque los gentiles habían tomado su lugar en el plan de Dios.

Clemente de Alejandría (150 E.C. - 215 E.C.) enseñó que el Antiguo Testamento y sus enseñanzas debían ser reemplazadas por la filosofía griega como el parámetro primario que Dios les dio a los gentiles para mostrarles y guiarles a Jesús -en hebreo Yeshua- la última palabra de Dios. 


El sacerdote Tertuliano (160 E.C. - 220 E.C.) uno de los más eminentes escritores cristianos del siglo segundo dijo que cualquier persona que celebrara la Pascua con los judíos o hubiera recibido regalos Judíos con los emblemas de las Fiestas sería también responsable de haber matado a Yeshua y a sus discípulos.

Orígenes (185 d.C.-253 d.C.), otro sacerdote acusó a los judíos de haber organizado complots para matar cristianos.

También Eusebio (263 d.C. - 339 d.C.), escritor de la Historia de la Iglesia de los primeros tres siglos, escribió que todas las promesas y bendiciones del Antiguo Testamento habían sido estrictamente para los cristianos y que cada una de las maldiciones eran sólo para los judíos. Además declaró que la Iglesia era "la verdadera Israel de Dios", que había reemplazado a Israel en su pacto. 


XIV. LOS JUDÍOS MESIÁNICOS A TRAVÉS DE LA HISTORIA 


Se sabe que hubo más de 250,000 judíos que creyeron en Yeshua como su Mesías sólo en el siglo XIX. Esa cifra fue ya superada ampliamente en los Estados Unidos en los últimos 30 años y cada día llegan más noticias de judíos que han aceptado a Yeshua como Señor y Salvador en otras partes del mundo.

A principios de la Primera Guerra Mundial Leopoldo Cohen y otros comenzaron a organizar reuniones para "cristianos judíos", o "hebreos cristianos" corno ellos eligieron ser conocidos, fundando la Alianza Cristiana Hebrea, que le entregó el legado a la actual Alianza Judeo- Mesiánica, una organización mundial de creyentes judíos (entre otros grupos similares).

Durante los primeros 300 ó 400 años, los creyentes en Yeshua que vivían en Jerusalén fueron cultural y religiosamente judíos. Ellos, expulsados de las sinagogas después de que su número sobrepasara los 100,000 no se convirtieron de repente en cristianos gentiles ni siguieron las prácticas semipaganas que habían contaminado las enseñanzas de Yeshua.


Con el tiempo los creyentes gentiles eventualmente sobrepasaron a los santos judíos. Desafortunadamente algo de esto involucró a hombres impíos conformando la religión bíblica de otro tiempo, en una imagen de paganismo. 


En relación con la continuidad judeo-mesiánica, podemos citar la referencia del profeta en el Antiguo Testamento quien nos dice que Dios siempre ha tenido un "remanente", un Sherith de fieles quienes no han doblado rodillas ante ba'al.

Atnold Fruchtenbaum asegura que la "desunión causada por la destrucción de Jerusalén probó ser temporal, y una reconciliación temporal vino a pesar de la oposición de los hebreos cristianos al nuevo judaísmo de los rabinos"10.

Algunas veces el número fue pequeño, pero siempre hubo una línea trazable de judíos quienes escogieron creer en Yeshua todo el camino desde el año 135 hasta el año 1800 E.C. aunque como Fruchtenbaum dice, la línea estuvo incompleta por momentos. Notable es que los judíos mesiánicos a menudo fueran referidos como Nazarenos y no sólo como cristianos en esta era. Él cita numerosas referencias talmúdicas de los judíos mesiánicos.

Él dice también que Hegesippus, el primer historiador de la Iglesia fue un judío creyente nacido alrededor del 140 E.C. Eusebio cita abundantemente de él en su Historia Eclesiástica. Está registrado en el tiempo de Constantino que hubo dos judíos mesiánicos quienes mantuvieron su identidad judía y aún establecieron nuevas iglesias en Palestina (el nombre que los romanos le dieron a Judea y a Samaria).


Un incidente en la Edad Media es de gran interés aquí: se trata de la "Disputa en Aragón'. "Perdurable durante un año desde 1413 hasta 1414, el debate fue entre dos hebreos cristianos Joshua Ben Joseph y Andreas Beltram, y 22 rabinos. Los dos hebreos cristianos se manejaron tan bien que dio como
resultado la conversión de cinco mil judíos."11

En 1865 se fundó la Alianza Hebreo Cristiana Internacional bajo la siguiente premisa:
"No vamos a sacrificar nuestra identidad. Cuando nosotros profesamos a Cristo, no dejamos de ser judíos. Pablo, después de su conversión, no dejó de ser judío; no sólo fue Saul, sino que Pablo siguió siendo un Hebreo de Hebreos. Nosotros no podemos y no olvidaremos la tierra de nuestros padres, y es nuestro deseo aliarnos más estrechamente los unos con los otros." 

Esta organización todavía existe hoy con decenas o cientos de miles de miembros a nivel mundial. El autor de este estudio fue miembro del comité ejecutivo de esta organización localizada en Inglaterra de 1988 a 1992.

XV. CORRIENTES DE PENSAMIENTO JUDÍAS 


De acuerdo con la historia judía, en tiempos antiguos, durante el imperio romano, se encontraban numerosas sectas judías. El judaísmo normativo que conocemos hoy todavía no existía. Entre las principales sectas de aquél  entonces podemos mencionar las siguientes: los fariseos cuyo nombre significa "los separatistas" mantenían una unión estricta con la Biblia. 

Los saduceos, descendientes del sacerdote Zadok, adoptaron una línea helenista y liberal durante la ocupación griega. Estos colaboraron con los romanos y mantuvieron un sistema político-religioso. Los esenios, separados del Templo, establecieron su centro de estudios en las orillas del Mar Muerto. Más tarde aparecieron los Nazarenos o seguidores del Nazareno Yeshua. Todas estas sectas junto con otras, y a excepción de los fariseos, fueron declaradas fuera de la ley y excomulgadas por el rabino Yohanan Ben Zakkai en Yavneh, alrededor del año 78 E.C.


Yohanan Ben Zakkai estableció en Yavneh la "Academia Rabínica de Yavneh" que estructuró lo que hoy conocemos como el judaísmo rabínico, una ley mundial para el judaísmo en general. Esto llegó a ser el judaísmo ortodoxo rabínico de la actualidad.

En tiempos modernos el judaísmo ha estado dividido en las siguientes corrientes de interpretación:

1. Los Judíos Ortodoxos: esta secta sigue estrictamente la Torah junto con el Talmud. 

En hebreo a la Torah se le llama "Torah she be Kitav" es decir la Torah Escrita; al Talmud se le considera "Torah she be Alpeh", es decir, la Torah Oral. Otros grupos del judaísmo ortodoxo son los Lubabitchers, que se consideran más estrictos que los anteriores. Estos se ocupan en el estudio del misticismo y la Kabbalah, esta última prohibida por la Torah porque envuelve astrología y espiritismo. 


2. Los judíos reformados: establecidos por el rabino Stephen Wise. Es un judaísmo liberal dedicado a estar más al nivel del mundo moderno, con 


énfasis en el humanismo.


3. El Judaísmo Conservador: un puente entre el judaísmo ortodoxo y el
judaísmo reformado.


4. Otras ramas incluyen: el Judaísmo Reconstruccionista, el
Judaísmo Humanista, el Judaísmo "Gay" u Homosexual/Lesbiano.


5. El Judaísmo Mesiánico: es el retomo de los judíos que han creído en Yeshua a un judaísmo que es bíblico, con base en la Torah. Entre los mesiánicos se encuentran los llamados Hebreos Cristianos que siguen la teología cristiana y a veces rechazan la Torah como una Ley Antigua. Además adoptan dogmas cristianos tales como el Domingo, el día de Reposo establecido por Roma. 

Los hebreos cristianos también rechazan las fiestas del Señor contempladas en Levíticos 23, alegando que todas fueron canceladas con la venida de Yeshua. Los Judíos Mesiánicos Ortodoxos, por su parte, siguen siendo fieles a la Torah y celebran todas las Fiestas del Señor. 

Estudian y usan el hebreo, y sus niños celebran el Bar Mitzvah. Estos también mantienen las leyes dietéticas del Señor o leyes de Kashrut. Los Judíos Mesiánicos Conservadores no son tan observantes como los anteriores pero usan un punto de vista más liberal. 

Existe otro grupo de judíos Mesiánicos Ortodoxos que rechazan la divinidad de Yeshua. Finalmente, algunas denominaciones cristianas tradicionales han abierto un espacio para que grupos de judíos mesiánicos guarden sus costumbres y celebren sus fiestas bajo una cobertura de Iglesia. Se trata de los judíos Mesiánicos de las Asambleas de Dios, de la Iglesia Bautista, etc. 


Enseñanza complementaria:
(Recomendado)



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Referencias:

1 Yeshua es el nombre hebreo de Jesús.

2 El término griego Ecclesia significa sencillamente una Asamblea: cualquier asamblea de personas a la que se le pide que salga (pues este es el significado etimológico de la palabra) de otro pueblo. Por consiguiente, es aplicada a toda la nación de Israel para distinguirla de otras naciones. La Septuaginta utiliza la palabra Ecclesia setenta veces cuando traduce la palabra hebrea qahal. 


"Diccionarío de la Biblia", James Hastings (1963 Charles Scribners's Sons), pág. 138. 


5 Isaac Boyle, traduc., Eusebius' Ecclesiatical History, H.E. S(Gran Rapids: Baker Book House, 1974), págs. 4-6.

6 Ron Mosley, Yeshiva. A Guide to the Real Jesus and the Original Church. ' E.C. significa era común y A.E.C. es antes de la era común.

7 E.C. significa era común y A.E.C. es antes de la era común 


8Martin Goodman, “Mission and Conversion: Proselitizine in the Religious History of the Roman Empire", citado por la Dra Margarett Brearly en su conferencia El Triple Vínculo: Dios, Judíos y Gentiles. Tercer Congreso Sionista Cristiano, marzo de 1996. 


9Nos referimos a la Iglesia como una organización ya completamente gentilizada. Es decir, compuesta de judíos obligados por ley a abandonar sus costumbres hebreas, y por gentiles paganos convertidos a la nueva religión completamente desjudeizada y con una marcada influencia de las culturas griega y romana. 


l0 Cristianismo Hebreo, Su teología, Historia y Filosofia. Arnold Fruchtenbaum, pág. 41 (En referencia al sistema talmúdico de los rabinos sin el Templo)

11 Citado del Cristianismo judío de Schonfeld, págs. 150- 151. 

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Bibliografía:

"LOS DEL CAMINO"
UN ESTUDIO SOBRE JUDAÍSMO MESIÁNICO
Rabino Haim Levi


Federación Internacional de Judíos Mesiánicos 
Email: haiml@ibm.net 
Http://www. ifmj.org
Editores: Carlos y Mayra Bonilla 
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Gracias por apoyar M710





Shalom

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