FIESTAS de YHWH

Las Fiestas de YHWH (Levítico 23) son cita que debemos acudir a la asamblea de los santos (Congregación), para honrar a nuestro Dios. Son siete fiestas y las primeras cuatro (Primavera) nos hablan de la primer venida de nuestro Mesías Yeshua, y las últimas tres (Otoño) de su segunda venida.

No son fiestas Judías, es incorrecta esta expresión, la Biblia dice que son de YHWH. Pero debemos reconocer que el pueblo santo de Israel acude a las citas anuales de las siete fiestas de Levítico 23, porque son obedientes. Nosotros debemos hacer los mismo, porque ahora somos Israel, es nuestra identidad en Yeshua al ser injertados al olivo cultivado. No estamos por encima de Israel ni somos más que Israel, simplemente somos Israel por la sangre de Yeshua el Mesías. Efesios 2:11-22, Romanos 11:11-24

Los creyentes y seguidores del Mesías Yeshua del primer siglo las practicaban porque la Toráh (ley) lo dice. Pero en el año 325 dC, el Emperador Constantino que fue anti-judío, anti-Toráh y fiel adorador del dios Mitra hasta el final en su muerte, fue fundador del "Cristianismo" con la influencia del mitraísmo que es anti-Toráh. Por eso mal interpretaron las Escrituras diciendo que Yeshua (Jesús) abolió (eliminó) la Toráh (ley) en el madero de cedro (cruz).

Por tal razón, desde ese año (325 dC) se eliminaron las Fiestas de YHWH para agregar las "Fiestas Romanas" (paganas del Mitraísmo) que hasta el día de hoy se celebran en el cristianismo, como es:
- La Navidad (dios Mitra)
- La Pascua Romana (Ishtar)
- San Valentin (dios Tamuz)
- El año nuevo (dios Jano)
- entre otras fiestas.

Yeshua no se eliminó a si mismo (Toráh), porque Él es la Palabra hecha carne que habitó entre nosotros, vino a cumplirla y para que la sigamos cumpliendo. Juan 14 y 15, Mateo 23:1-4, Mateo 5:17-20

La Toráh y los Profetas (Tanaj o A.T.) esta muy vigente y debemos estudiarla desde la perspectiva original (Hebrea) para comprender el mensaje y hacer cosas Bíblicas de manera Bíblica, pero no significa que practicamos un judaísmo ortodoxo, significa que solo somos oidores y hacedores de la Palabra de YHWH, porque lo amamos, como lo hicieron los seguidores de Yeshua del primer siglo.

Examinemos las Escrituras.


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