La iniquidad Uno

El inicio de la maldad en el hombre.


Hay personas que están encadenadas a sus pecado y la iniquidad que heredaron de sus antepasados, y es necesario mostrarles la manera de cómo opera la iniquidad y cómo ser libre, porque es una de las partes del Ministerio de Yeshua ha Mashiaj y nosotros continuamos con ese ministerio en su Nombre.



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La Biblia cuando nos menciona acerca del corazón del hombre no siempre se refiere al espíritu que es la parte más íntima de nuestro ser, sino que también se enfoca a las tres partes del alma: (1) Mente, (2) Emociones, (3) Voluntad.

La mente tiene una gran influencia en las otras dos, el maligno lo sabe y concentra su atención para meterse a la mente y poner sus fortalezas para tener el control del creyente. De manera progresiva la iniquidad empieza a crecer y echar raíces buscando la profundidad para mantenerlo en cautiverio, lejos de la libertad espiritual.

La iniquidad es la maldad de nuestros padres y ha generado una maldición sobre los hijos hasta la cuarta generación, donde pueden estar atados a un espíritu maligno que se encarga de cumplir dicha maldición (Éxodo 20:4-6).

La iniquidad debe ser confesada a través del arrepentimiento para que sea cancelada con el perdón, de lo contrario seguirá pasándose de generación a generación, y cada vez que se practique ese pecado en alguna de esas generaciones, nuevamente se activa la maldición por cuatro generaciones más. El adversario buscará de muchas formas que los hijos practiquen el pecado de sus padres para seguir teniendo derecho legal sobre sus vidas (Nehemías 9:1-3, Levíticos 26:39-42, Jeremías 14:20).

La iniquidad es como el ADN del maligno y se transmite por generaciones para que la maldad siga proliferando con perversión, corrupción y violencia, que son las características que se vieron en los tiempos de Noé y hoy en día también (Génesis 6:5-13).

El ADN espiritual, por así decirlo, es donde se va grabando toda la información espiritual de generación a generación, y esto se llama iniquidad. Malaquías 2:16, No podrán encubrir su iniquidad con su manto. 

Lo contrario de la iniquidad es la santidad (apartados de la maldad); la iniquidad practica la maldad; y la santidad es practicar la justicia (Obedecer la Toráh) y odiar la maldad.

Nosotros no pagamos por los pecados de nuestros antepasados, ellos pagan con muerte si no hay arrepentimiento de corazón, pero si podemos llegar a sufrir las consecuencias de la maldición como lo dije antes. Todos los pecados se pagan de manera personal, no es de manera familiar. Debemos ser responsables por lo que hablamos y hacemos, porque Dios nos juzgará a cada uno de nosotros y nos pedirá cuentas (Ezequiel 18:1-32, 2 Pedro 3:8-9).

El pecado es tan sólo el fruto de la iniquidad, es la parte superficial y visible de algo que esta profundamente arraigado en ser humano. No es lo mismo fruto que raíz. No es tan sólo pedir peón por nuestros pecados, sino rogar al Eterno que borre nuestras iniquidades, sólo Él lo puede hacer.

El maligno al principio era un ángel hermoso con buena conducta hasta que entró la iniquidad en su corazón y lo transformó en un ser detestable que arrastró a otros ángeles a hacer lo mismo bajo la influencia de su liderazgo y el poder del engaño. Por eso nosotros debemos cuidar nuestra mente porque ahí es donde la iniquidad quiere entrar.

Iniquidad - H.5771 "Avón" 
Maldad, Injusticia, Perversidad, Distorsionar moralmente, Poner una carga o un yugo sobre el cuello, Afectar totalmente, Hacer lo malo, Poner lo malo, Exceder en maltratar, Abusar, Burlar, Contristar, Causar e imponer dolor. 

La iniquidad - Lo Torcido. Jeremías 32.18, Jeremías 31:27-34



Ernesto Rosas


Shalom


1 comentario:

  1. Bendito Eloin!, que nos da consejos diarios. Gracias Ernesto Rosas por compartir estas enseñanzas necesarias para la familia amen.

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